2. Por Alajuela detrás del Gato
Un día de marzo del 2005 el firmamento estaba tan esplendoroso que invitaba a viajar.
Disponía de poco tiempo, así que rápidamente me acordé que siempre había querido ir al parque de Alajuela y conocer a un personaje de la radio: el “Gato” Villalobos, pues quedé impresionado una vez que lo escuché hablar de un futbolista de antaño. La profusión de datos era tal que denotaba una persona con una memoria increíble.
Cuando iba por la pista hice el ritual de siempre al cruzar el puente del Río Segundo, antitos del peaje, consistente en externar hacia mis adentros o verbalmente, dependiendo de la compañía: -¡Yaaa´stoy en Alajuela!. Además, dependiendo también de la velocidad, volteo la vista hacia el puente de madera rojo por el que pasaba el tren que venía de Heredia hacia Alajuela.
Es que el paraje que se aprecia hacia Río Segundo, con las paredes del cañón llenas de vegetación y el puente viejo del tren, mirándolo con detenimiento desde la pista, tiene algo de sabor al pasado, tanto que si uno así lo quiere, escucha hasta las voces de los niños que viajan en el tren y de inmediato le acuden las vivencias infantiles del viajar en tren.
Entonces recuerda uno la madrugada que había que dar para ir a la Estación al Pacífico, al final del Barrio La Dolorosa, se acuerda de la parada en Orotina donde todos nos maravillábamos de cosas tan simples como los productos locales que uno siempre quería comprar para ir comiendo en el viaje, del paso por el túnel en Esparza y el puente del río Barranca, hasta rematar con las impresiones de la llegada a Puntarenas, ya de día. Y luego, el mar.
Una vez frente al parque, el cuidacarros me dijo que el Gato no estaba, que le diera tiempo.
Entonces pasé a la catedral para hacer unas cuantas fotos de este anorme templo
y su hermosa cúpula.
También aproveché para irme al Estadio de la Liga y donde disparé el botón de la cámara con la misma fuerza que se emplea en las mejengas.
Reverenciar humanamente a El Mago:
De paso me topé con el edificio del Instituto:
el Monumento a la Libertad, que es donde estaba la casa de doña Manuela Carvajal o Gallego, madre de nuestro héroe nacional Juan Santamaría
y otros lugares que consideré de importancia, como el cuartel de Alajuela:
la placa del general Tomás Guardia:
Otro enorme fue León Cortés Castro; aquí lo describe Marjorie Serrano.
La Gobernación:
Pueden ver que me siento a mis anchas en esa ciudad, a 952msnm.
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Mis anuncios:
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Más fotos se pueden apreciar en el album “Alajuela_1”, de la siguiente dirección:
http://community.webshots.com/album/306854238vkoTdx
Una hora después atravezé un sendero poblado de altísimos palos de mango para buscar el pollo donde suele sentarse la “muchachada”, al costado sur del parque.
Esa muchachada es un grupo de señores mayores que intercambia diariamente información de todo tipo, principalmente política y futbolística y pone los apodos de cuanto caminante se atreve a pasarles por el frente.
-Desde Semana Santa no se aparece el Gato por acá, pensamos que falleció. –me dice un viejo enorme y rosadote como lechero de Coronado, bien acomodado en el pollo -hasta lo fuimos a llorar al Higuerón-de-Momoromoyo.
Como queriendo evitar que le broma velada que hacía el amigo me convenciera, interviene otro señor para indicarme que el Gato se encuentra enfermo, que usa bastón y que para verlo hay que ir al Coyol.
Ya con las referencias, tomé la ruta del Coyol y fue fácil encontrar la casa en Barrio Bruselas, pues todo el mundo lo conoce.
El paso por el Coyol es bonito, una carretera en muy buen estado, quintas como en La Garita y casitas y comercios por doquier. Se cansa uno de ver jardines arregladitos y siempre que paso por ahí alcanzo a ver algún caballo pastando tranquilamente a la orilla de la calle. Esta vía sirve para comunicarse con la autopista y evitar el paso aglomerado del centro de la ciudad de Alajuela.
Alajuela es un lugar de tradiciones urbanas; otro día nos dio por ir a misa a las iglesias del Coyol y El Pacto del Jocote e hicimos muchas amistades fugaces por la cortesía de sus habitantes.
Nos mezclamos entre mucha gente desconocida en el Baile de la Polilla, disfrutando de ver a las personas mayores reviviendo sus años de juventud.
También anduvimos por sus callecillas en busca del complejo deportivo Wílmer “el Pato” López, que queda por el Pacto.
A la hora de esta foto se vino un aguacero de Padre y Señor mío, pero siempre pude llevarme el recuerdo de este gran jugador que nos ha enseñado pasivamente, cómo la vida del hombre debe girar en torno a la familia. Son valores.
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Comenté con el Gato que siempre he querido encontrar evidencias de que los Quesada proceden de Alajuela (la provincia) y entonces soltó la lengua, ¡vaya manera¡, se remontó a los orígenes del apellido y sus muy posibles raíces sefarditas (por aquello de que el apellido Quesada es un sustantivo), los compañeros de Colón, nuestros conquistadores, los primeros pobladores de Villa Hermosa o La Lajuela; bueno, era algo de nunca acabar.
También se sabe la historia de las familias alajuelenses, quiénes son judíos, sefarditas, turcos, alemanes, polacos, gachupines, josefinos, etc.
Su mayor sospecha es que los Quesada pueden ser de Grecia o Poás, que más adelante puede pasarme más datos para ver si entroncan con los míos.
Aproveché para saludar a su señora esposa, doña Ana, y me hice una foto con la pareja Villalobos Castaing:
La esposa del Gato es hermana de un exprofesor del Liceo de Costa Rica, don Álvaro Castaing Riba.
Pese a que don Álvaro no me impartió clases, siempre me llamó la atención por ser un individio conspicuo, muy respetado y su aula era todo un museo, lleno de animales disecados, piedras de toda especie, todo debidamente etiquetado y con nombres científicos y producto de sus giras con estudiantes por el territorio nacional.Lo que más me acicateaba de ese salón era un telescopio que perteneció al primer astrónomo costarricense. Por cierto, a este astrónomo se le dedica un capítulo del libro “Memorias de un Telegragista... ¡pero de la casa Presidencial!”
Gato me obsequió una foto del quiosco que había en el parque de Alajuela en los años cincuenta y me dio los nombres de los edificios a los que hice fotos ese día en la ciudad...hasta me señaló dónde queda la parada de buses del Coyol en una de las fotos.
Él muestra cariño y orgullo por ese poblado, ya que la familia tiene muchos años de tener terrenos en la zona, a 882msnm.
También me dijo conocer a los Mayorga, tíos de mi madre, quienes vivían en el corazón de Alajuela, por la estación de buses Tuasa, recordando principalmente a Gilberto hijo, “el Caporal”, quien vive actualmente en esa ciudad.
Luego nos pusimos a leer los guiones del programa “El Trabonazo” que transmite el Gato por Radio Alajuela (960Mgz AM) los domingos de 9 a 10 AM: una canción dedicada a ciertos expresidentes muy distintos a los que ví en los monumentos de la ciudad recién recorrida, parodiando la música de una pegajosa canción en la que se deja decir unas barbaridades...que no son ni más ni menos que el sentir del pueblo. Además, leimos una historia de Tres Patines sobre la venta de unos lotes en Jacó.
Típico humor alajuelense, llamando las cosas por su nombre y con un desparpajo nada ofensivo porque siempre concuerda con los valores más puros del costarricense.Gato tiene sus colegas, a los cuales, en algunos momentos de mi vida, he escuchado asiduamente, empezando por el maestro Parmenio Medina y su comparsa de La Patada.
También mi excompañero del BCR Eliécer Arias, Roberto Picado y sus profesores Montoya y Sosa en Opinión y Éxito Deportivo; el original Erick Picado; los cantaleteros López, Grosser y Hugolino Trompoloco; Leonel Jiménez con sensaciondeportiva.com, Javier Rojas; Alfredo Ulloa y el rescate de los valores y la cultura y los ojos pelados Froilán, Norval y Pototo, entre otros.
Hasta algunos contertulios son de admirar, como el famoso Pescado del Jardín Cevichero Mexicano de San Sebastián, Próspero Zamora, Roberto Chacón Murillo y una miríada de personajes a cual más auténtico y ameno.
Finalmente me llevó a los aposentos interiores y me enseñó una cómoda que trajeron los Riba hace más de 100 años de Barcelona, una belleza de mueble de caoba y cedro, sobre de mármol y espejo de roca biselado.
El regreso fue un momento cargado de repeticiones interiores de las expresiones de don Víctor Eduardo Villalobos, conectes de datos, cabos sueltos, futuras consultas, etc.; Todo lo cual enciende de nuevo la llama de la curiosidad por saber de dónde son los Quesada.
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Ya llegando a la estratosfera, hay otro personaje muy distinguido y de toda mi admiración que también tengo que ir a buscar, se llama Guillermo-Villegas-Hoffmeister; destacado escritor, periodista y profesional, entre cuyas obras tenemos:
Alajuela y la ley de la ambulancia
Testimonios del 48, La mística de un pueblo
La guerra de Figueres: crónica de 8 años
Bajo los mangos: Historias y cuentos de Alajuela - reseña
Alejandro Morera Soto: El mago y el hombre
Entrevistado por Juan-José-Arce-Vargas: Guillermo Villegas Hoffmeister
La Nación, 20/05/2007. Hijo predilecto de Alajuela:
Acertado homenaje
Recientemente, la Municipalidad de Alajuela declaró hijo predilecto al periodista e historiador Guillermo Villegas Hoffmeister. Es de enorme valor el aporte a la cultura del país, en particular de Alajuela, que el señor Villegas ha hecho a través de diversos artículos, ensayos, conferencias, libros, etc. La Reseña Fotográfica de Alajuela 1782-2006, publicada por el concejo del Cantón Central, es una muestra de su talento y civismo.
Guillermo Moya Aguilar.
Más referencias de Guillermo-Villegas-Hoffmeister:
2009 Invitación de Punto y Coma
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Enlaces recomendados:
09/05/2010 - El Corazón Sagrado de Alajuela, de Jorge Arroyo.
Alajuelenses.com, Historia de Alajuela
de German Bolaños Zamora: ¿Existió más de un Juan Santamaría?
Libro de David Díaz Arias: Historia del 11 de abril
de Lucko Hilje, ¿Existió Juan Santamaría?
gerardodecostarica
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